8 – Didi: el secreto de la hoja seca

8 – Didi: el secreto de la hoja seca

Didi, Waldyr Pereira, nacido en Campos dos Goytacazes, Río de Janeiro, el 8 de octubre de 1928, fue un jugador y entrenador de fútbol.

Jugó para Botafogo, Fluminense y la Selección Nacional de Brasil, jugando para estas 3 Copas (54-58-62) ganando el Campeonato Mundial en las dos últimas junto a Zito en el mediocampo. Elegante, altivo, parecía desfilar en el campo. Fue notable por el “Leaf-Dry” en el tiro libre, con doble efecto sobre la barrera, inicialmente la pelota en “spin” fue en dirección al portero, atrapándolo en su esquina, luego un segundo efecto lo llevó al lado opuesto y hacia abajo, como una hoja seca que cae libre …

En el rol de Entrenador hizo un gran trabajo, pero se destacó por llevar a la Selección Nacional de Perú al honorable 3er. colocación en la Copa Mexicana en la que Brasil ganó su Tricampeonato en 1970.

En 1979, fui cofundador de la BFA (Academia Brasileña de Fútbol) creada por el Pionero de la Fundão, Prof. Dr. Espezim Neto, para el desarrollo del fútbol en África y otros continentes, por recomendación del entonces Presidente de la FIFA, Dr. João Havelange.

Hubo 3 (tres) semanas de Curso, con cerca de 30 (treinta) Entrenadores residiendo en un Hotel, asistiendo a clases de Preparación Física, Técnica y Táctica por la mañana, cuando un equipo juvenil de Río (Botafogo, Flamengo, Fluminense y Vasco da Gama) realizó el entrenamiento propuesto, los estudiantes vieron, fotografiaron y filmaron las clases. Por la tarde, ellos mismos, entrenadores o pretendientes al Diploma de Entrenador reconocido por la FIFA, celebraron la clase, ejercitando desde el calentamiento hasta la parte principal dentro de la planificación física, técnica o táctica, siempre al final de las sesiones, preguntas y respuestas para resolver dudas.

Por la noche, se llevaron a cabo conferencias en el aula sobre los más diversos aspectos de la preparación física, técnica y táctica, pero también la medicina deportiva, la nutrición, la psicología, la fisiología y la preparación de los porteros. De antemano, una “Estrella” fue invitada a hablar: Jairzinho, Carlos Alberto Torres, Brito, Zagallo, Parreira, Evaristo, René Simões, Chirol, Américo Faria, Dr. Lydio Toledo, Carlos Alberto Lancetta, Dr. Artur Jordy, Nielsen, Leonardo Vitorino, entre otros, y Mestre Didi, el motivo de esta historia. Los fines de semana veían partidos de varias categorías y paseaban conociendo las bellezas de la Ciudad Maravillosa,

Cuando llegó a dar una conferencia, Didi ya era de edad avanzada, dificultades para caminar y muchos dolores, incluso con la ayuda del bastón y el compañero. ¡Fue bueno salir de la casa, dijo! Llevado al auditorio para dar una conferencia sobre su brillante carrera, el fútbol y la vida en general, a un grupo de entrenadores asiáticos que nos sorprendieron con el conocimiento del fútbol brasileño. El fútbol comenzó en Asia hace 5.000 años.

Pandilla sentada, entramos con Didi, fue grande su dificultad para caminar, todos se pusieron de pie, respetuosamente. Cuando la presentación fue hecha por el Dr. Espezim, estallaron en aplausos. Con la palabra, el Genio sacó este, señalando su cuerpo de abajo hacia arriba: “¡El edificio se incendió, se derrumbó, puedes ver! Y señalando su cabeza, “¡pero la Biblioteca se salvó”! Delirio en el auditorio.

Habló de su trayectoria, de sus logros, de su filosofía de trabajo y de su metodología de formación, dejando a todos atónitos, ojos y oídos atentos. Cuando llegó la parte final, la de las preguntas y respuestas, pronto un surcoreano se apresuró a preguntar: ¿qué pasa con la “hoja seca”, la hoja seca? Didi, que no había mencionado su creación, brilló: “en Botafogo le pedí al Armario que me guardara el pie derecho de la bota de Zagallo (zurdo) cuando ya no quería la suya. La derecha, todavía buena y suavizada solía practicar las faltas, entrenar y jugar. Llegaba temprano al entrenamiento, ataba un adoquín o un anillo a un vendaje de crepé y se sentaba en el escritorio de la oficina de Técnico, que tenía un hueco y permitía la acción. Repitió el movimiento varias veces, en serie de 10, simulando la patada de la falta, pasando el pie por debajo de la pelota, de afuera hacia adentro (1er. efecto) y rápidamente traer dentro y arriba para dar el 2do. Efecto. El objetivo era atrapar al portero en su esquina no cubierta por la barrera y luego hacer el giro sobre la barrera cayendo rápidamente fuera de la vista del arquero, a veces incluso cerca del suelo dependiendo de la carga de efecto y la pelota. Trabajo-trabajo-trabajo…

¡Deben estar animando hasta el día de hoy, lo estoy!

¡La Isla del Gobernador honrada por su Ilustre Habitante al mismo tiempo!

¡Gracias, Maestro Didi! ¡Dios lo tenga!