2 – MOZER. COMENZAMOS CON UN CASO MUY INTERESANTE, CURIOSO, REAL. VARIAS LECCIONES PRÁCTICAS

En 1975 trabajé como Preparador Físico en el Equipo Profesional del Olaria Atlético Clube, en Bariri, con el excelente Entrenador Prof. Américo Faria, aunque ya se graduó como Entrenador de Fútbol en 1974 (más tarde, en 1993 llamado Entrenador).

Llegué temprano para ver el preliminar, en nuestro campo, también entre Olaria y Botafogo. Para sorpresa de todos, Botafogo do Seo Neca (un entrenador de atletas, una combinación de hombre y jugador, un pionero) ganó 5-0, un resultado que no recuerdo que la base de Hola haya sufrido, con los 5 (cinco) goles marcados por la camiseta 9 (nueve), ligero, corto, lépido, técnico y oxigenado hacia adelante. Esa imagen hasta el día de hoy no abandona la memoria.

El 1 de junio de 1976 comencé a trabajar como Entrenador de los Niños y Jóvenes del Clube de Regatas do Flamengo, por recomendación de los profesores Jayme Valente y Lazaroni, colegas de la Facultad, Amigos, Pioneros, promovidos a Juvenil y Profesional. Un día, estábamos entrenando en Gávea, que era común, y al final del entrenamiento me dirigía a los vestuarios cuando noté que ese jugador de la Fogata, el de los 5 goles, acompañado por el Padre, pensé: ganamos un Jugador… Mi padre se dirigió a mí diciendo que había sacado a su hijo del Botafogo porque al niño no le gustaba jugar de frente, de espaldas a los defensores, que preferían empezar desde delante, era ligero y técnico.

Les pedí que vinieran al día siguiente trayendo los tacos, el juego y los documentos, el Lanzamiento, inclusive. Sabía que lo grabaría. Entrenó en el centro del campo mostrando cualidades, y lo registramos de inmediato. Nacido en 1960, en el 76 el límite de edad en Infanto nació en 58, teníamos un excelente equipo, formado por el Maestro Jayme. Mozer estuvo siendo trabajado con los demás de 59 y 60 (algunos de 61 y 62) para las siguientes temporadas, el Fla tuvo un trabajo impecable creado por el Prof. Francalacci en la sala de pesas, lo que ayudó a muchos a alcanzar su máximo, y ya en el 77 formó parte del reparto del juego, pero finalmente en el 78 formó un mediocampo espectacular, con Dourado (5), Mozer (8) y Niltinho (10). Los 3 (tres de baja estatura, 2 (los dos últimos con el mismo 1,60 m y con 60 kilos) pero excelentes y de cualidades complementarias del 4-3-3. En el año en que cumplió 18 años, Mozer tuvo dos etapas de crecimiento de 15 cm cada una, llegando al final del año con 1,90 m. El Fla, con esta generación de Pratas-da-Casa (Oro de la Casa) fue el último Campeón de Infanto-Juvenil, porque en 1979 esta Categoría comenzó a llamarse Juvenil, y el antiguo Juvenil se convirtió en Junior, o Juniors. Todo el equipo fue ascendido a Junior, donde estaban los profesores Américo y Jairo Leal.

Por planificación, CT contando con los 2 (dos) jóvenes y excelentes jugadores, campeones en el año anterior, Figueiredo (un caso atípico), y Denílson, quarterback zurdo, fuerte y técnico, capitán del equipo titular, decidió liberar a los defensores centrales del año pasado para utilizar ambos, para el entrelazamiento. Resulta que, como me informó el supervisor Luiz Carlos en ese momento, Denílson intentó su liberación del Ejército (18 años), pero se comprometió, no actuó. En las primeras sesiones de entrenamiento se buscó encontrar un quarter-defender (denominación en Brasil para el cuarto jugador en convertirse en defensa, porque antes había 2, luego 3), nuevamente según reportes, el Entrenador en conversación con el Asistente Seo Bria (tres veces campeón en el Fla, Paraguayo, ojo clínico, muy modesto, divertido y honesto) dijo en su Portunhol paraguayo: “Poñe que grandon” del mediocampo reserva, es alto y se desarrollará rápidamente junto al excelente Figueredo. Así, se hizo titular un año antes de reventar la edad en el ahora Junior, hasta los 20 años, nacido en el 59, como 4º. Defensor.

Llegó al Profesional antes de Figueiredo y de la Selección Brasileña, considerada por muchos el mejor defensor de todos los tiempos de Mengão. Voy a ir más allá, si se hubiera utilizado en el partido contra Argentina en 1990 y la historia del tetra podría ser diferente, pero esa ya es otra historia, para otro capítulo que puedo escribir. El “si” no cuenta. Por cierto, ya merecía la convocatoria en el 82 (otra página que puedo escribir aquí).

José Carlos Nepomuceno Mozer – sílaba acentuada cerrada en la “o” como “ô”, luego cambiando a “ó” sílaba abierta, como con acento agudo, por lo que escuché, cambio sugerido por los periodistas, para una mejor sonorización del nombre raro. Funcionó, parece haber ayudado … Detalles… ¡Los detalles importan!

Escuché, recientemente, al propio Mozer contar su versión en una hermosa entrevista en Youtube, esta, humildemente, es mía, como me di cuenta y recuerdo. En lo que escuché del propio Mozer, su crecimiento puede haberse debido a un tratamiento para el crecimiento realizado en un club de fútbol sala donde jugó. En Flamengo, en ese momento no lo hacíamos.